Ya sea con reproducciones de piezas antiguas o con faroles de forja antiguos o antigüedades, introducir una pieza que denote antigüedad marca la diferencia en cualquier espacio. De hecho, cada vez son más los decoradores de distintos países que nos realizan encargos personalizados de faroles de forja como elemento protagonista para sus trabajos de interiorismo.
Y los faroles son una de las piezas más elegidas a la hora de incluir matices clásicos en decoración. Este protagonismo no es exclusivo de los faroles de forja; lo comparten con faroles de otros materiales, fanales, vasijas, cuadros, espejos, puertas… Y es que, cuando se trata de decoración, no hay límites. Una buena pieza antigua, o una buena reproducción, bien utilizada, puede cambiar por completo una estancia. Pero, ¿qué hace que los faroles de forja antiguos sean tan deseados en decoración?
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Resistencia al paso del tiempo de la forja
En primer lugar la propia naturaleza del material. El hecho de que la forja sea tan resistente al paso del tiempo y a las inclemencias meteorólógicas hace que estas pizas antiguas perduren por encima de otras piezas de otros materiales. Lo que permite que podamos contar con faroles antiguos en buen estado. Además, su resistencia también permite su uso en exteriores, por lo que es una opción perfecta para decorar estancias como jardines o para ser colocados en muros o en lugares de mayor desgaste ambiental.
Faroles de techo como lámparas
Las lámparas son uno de los elementos fundamentales a la hora de decorar una estancia con estilo. Por una doble razón. En primer lugar, por las propias carcaterísticas de la pieza elegida, que puede ir en línea con el resto de la decoración o marcar la diferencia con contraste de estilos. En segundo lugar, por la importancia que juega la iluminación. Y es que haciendo un uso adecuado de la luz, podemos lograr separar estancias, resaltar puntos, hacer espacios visiblemente más grandes… De hecho, los grandes proyectos de docoración dedican un apartado especial al propio proyecto de iluminación.
Por eso los faroles de techo son tanb elegidos como lámparas para estancias en las que se quiere conceder un importante protagonismo a este apartado. Ya sean faroles antiguos o de líneas más contemporáneas. También es muy habitual encontrar faroles utilizados como candelabros, en lugares tan diversos como escaleras, a la altura del suelo, a modo de centro de mesa… No hay límites a la hora de buscar sitio a un farol.
Artesanía de forja sevillana
Hay tres características que reunen muchos de los faroles de forja que vemos en decoración que los hacen deseados por muchos clientes. En primer lugar, el tipo de faroles del que hablamos, ya sean antiguos o actuales, son piezas de artesanía. Y es habitual renunciar a piezas fabricadas en serie cuando se trata de decorar una estancia para que sea única y especial. Cuando se aborda un proyecto de interiorismo o decoración, se valora que las piezas que van a destacar estén hechas a mano y sean personalizadas, si es posible.
En segundo lugar, la forja tiene ese carácter clásico que evoca antigüedad, y que dota de personalidad a la pieza desde el propio material.
Y, por último, al igual que ocurre con los faroles granadinos, la forja sevillana tiene numerosos seguidores que buscan evocar en sus espacios a la ciudad de Sevilla. Y ese estilo tan particular que recuerda a los cientos de faroles que podemos encontrar en las calles, fachadas y palacios de Sevilla. De ahí que nuestros faroles sean tan demandados también para escenografía y decorados de películas.
No queremos terminar este post sin resaltar una pieza única que puedes encontrar en nuestra tienda on line. Con las que cualquier estancia adquirirá un carácter tan único como ella: